Viaja en el tiempo con las campanas | Televisión

Desde hace un año solo veo a los oscuros para viajar mientras tanto. Allí, uno entre otros, están los vídeos de los campaneros de TVE desde 1980 hasta 2022. Era un viaje increíble que podías hacer sin gastar un euro. Cuarenta y dos años a través de muchos otros momentos. De los jóvenes que se despidieron de una habitación de la Puerta del Sol en 1980 algunas serán ya sombras, recuerdos de los vivos que seguirán sin ellos. Otros se divirtieron. Algunos de ustedes aún no lo saben.

En los primeros vídeos la elaboración de las campanas era sobria y su pronunciación profesional. Si hablamos de la Europa por venir. La propaganda en torno a la idea de modernidad fue verbalizada a través de las quimeras de los Juegos Olímpicos y la Expo 92. Quizás ese error en las campanas de 1990 lo que hizo que los deseos de opulencia trocasen en la hortidad y el pelotazo. Lentejuelas, escotes, pajaritas y capas bejaranas. Los quince años de Ramon García nos transmitieron que, por mucho que cambien las cosas, él y Jordi Hurtado seguirán inmutables. La inmensa euforia del cambio de siglo y de milenio. El año en el que Ramontxu apostó por la voluntad popular de no decir «Feliz 2005», impidiendo a los españoles subir al respiradero a beber la inmejorable rima. Esta impresión perdió el mundo.

Junto a los recuerdos televisivos, otros particulares se desesperaron. Hogares donde no podemos movernos. Amigos que querían saber. Los juramentos de amor se rompen como obleas. Riñas por una merluza o una palabra. Todos se evaporarán al final de las campanas. Al final del viaje te asegurará que estará feliz de que todavía tengas con quién pasar la noche. Al final lo que no se revela, ¿cuánto vale?

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